A medida que se ha ido reduciendo la financiación pública, el mantenimiento del Patrimonio natural y cultural de propiedad y gestión tanto pública como privada se ha visto obligado a buscar nuevas fuentes de financiación, siendo el MODELO CONCESIONAL DE COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA el más adecuado para la obtención de los recursos económicos que permitan alcanzar la sostenibilidad económica. Se trata de asignar a dichos bienes una función social, que pudiendo incluso diferir de su función original, sea compatible con su dignidad, conservando el carácter del entorno en el que está ubicado.
D!FUNDE plantea como elemento estratégico de su modelo, el constituirse como beneficiaria potencial de donaciones y legados, ya sean estos en metálico, bienes o derechos. Ello permitirá, desde un compromiso ético y de transparencia, atraer inversiones financieras y obtener rentas de esos donativos o legados de bienes mediante formas diversas de explotación, buscando un equilibrio entre el beneficio económico y la ganancia social y logrando que el Patrimonio sea sostenible en un marco intelectual estricto de CONSERVACIÓN INTEGRADA.
Se entiende por CONSERVACIÓN INTEGRADA del patrimonio cultural al conjunto de medidas que tienen por finalidad garantizar la perpetuación de dicho patrimonio, su mantenimiento en el marco de un entorno apropiado, ya sea creado por el hombre o por la naturaleza, así como su utilización y adaptación a las necesidades de la sociedad.
La UNESCO, a través de sus Manuales de gestión del patrimonio mundial cultural y natural, se muestra partidaria de proponer políticas para la conservación que preserven su historia y naturaleza, sin dejar de lado la prestación de nuevos servicios, usos o diseños que permitan obtener productos y resultados con carácter sostenible. Se establecen así los Principios de la Política de CONSERVACIÓN INTEGRADA, como uno de los elementos básicos para la ordenación territorial y urbana, no en vano los monumentos, conjuntos arquitectónicos y sitios, adecuadamente utilizados, constituyen un elemento esencial del entorno humano y su valor cultural es un elemento determinante de su calidad. Añade, además, la necesidad de asignarles una función moderna. Respetando siempre el carácter arquitectónico e histórico del patrimonio, de debe fomentar:
1.- El empleo de los bienes protegidos con arreglo a las necesidades de la vida contemporánea.
2.- La adaptación de los edificios antiguos para nuevos usos, cuando convenga.
La Recomendación del CONSEJO DE EUROPA sobre los espacios públicos urbanos abiertos abarca igualmente el tema desde la óptica del uso como disfrute, haciendo referencia a aspectos tan interesantes como la toma de conciencia de la diversidad de usos, el reflejo de las necesidades reales de los habitantes, la promoción de la cohesión social, la accesibilidad o la diferenciación de los usos, reconociendo como punto de referencia común para el desarrollo de las políticas del patrimonio cultural en todo el espacio europeo los siguientes:
• La utilización del patrimonio cultural como recurso debe integrarse en el proceso de planificación de un desarrollo sostenible, respetando aquellas restricciones que se aplican al uso de los bienes no renovables.
• Se debe buscar políticas y estrategias de turismo cultural dentro de la perspectiva de un uso equilibrado y sostenible del patrimonio, preservando las posibilidades de uso para las generaciones futuras.
• La protección y el uso del patrimonio cultural implican al conjunto de la sociedad, siendo determinante para el futuro de dicho patrimonio el compromiso del sector público y del sector privado.
Dos posibles escenarios emergen para Europa: convertirse en un parque temático patrimonial o ser transformada en un laboratorio de patrimonio que experimente con una financiación innovadora, inversión, gobernanza y modelos de negocio, lo que haría con éxito del patrimonio cultural un factor de producción. Un uso innovador del patrimonio cultural tiene el potencial de involucrar activamente a las personas y de este modo ayuda a asegurar la integración, la inclusión, la cohesión social y una inversión segura, todos los ingredientes necesarios para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador.
Es necesario identificar los usos adecuados, satisfacer los requisitos jurídicos, trabajar con los recursos, acometer reparaciones prioritarias, resolver conflictos, definir una filosofía de la conservación, promover el aprecio del público, mantener la significación e inserción en la cultura local pero todo ello sin olvidarse de mantener y gestionar el Bien de manera eficaz y eficiente. Se dispondría así de los recursos necesarios para rehabilitar, rentabilizar y administrar propiedades singulares en desuso y en riesgo de desaparición, tales como palacios, faros, castillos, instalaciones deportivas o industriales.